- Título original: Rope
- Año: 1948
- Género: Suspense
- Dirección: Alfred Hichcock
- Intérpretes: James Stewart, John Dall, Farley Granger, Cedric Hardwicke, Constance Collier, Douglas Dick, Edith Evanson, Dick Hogan, Joan Chandler.
- Guión: Ben Hecht, Arthur Laurents
- Música: Leo Forbstein
- Fotografía: William V. Skall, Joseph A. Valentine
- Montaje: William H. Ziegler
- Productora: Warner Brothers
SINOPSIS
Brandon (John Dall) y Philip (Farley Granger) dos amigos universitarios estrangulan a un compañero en su piso en plena luz del día antes de dar una fiesta, estimulados por las ideas de su profesor de instituto Rupert Cadell (James Stewart). Esconden el cadáver dentro del arcón del salón sobre el cual, servirán la cena, para darle un toque más siniestro al crimen.
CRITICA
Tras haber realizado varias películas en blanco y negro, el gran maestro del suspense se atrevió con este filme ha realizarla en color y la verdad es que fue todo un acierto porque, gracias a los movimientos de cámaras tan meticulosos que realiza, permite al espectador no perder ni un solo detalle de lo que ocurre durante la fiesta en ese apartamento. Pero, el ritmo con el que mueve dicha cámara, no va acorde con el de la historia. Me voy a explicar al respecto. Desde el primer minuto se sabe quiénes son los que han perpetrado el asesinato y cuáles son sus medios: mostrar que su superioridad intelectual les permite cometer un acto de esas dimensiones pero, las interpretaciones por parte de los dos actores que interpretan a los asesinos no son nada creíbles, al contrario, son demasiado forzadas, lo que hace de un tema y una trama interesante, algo aburrido y pretencioso.
Aunque la obra de teatro en la que se basa la película y que a su vez se basa en un crimen real que ocurrió a principios de 1920 (algo que posteriormente realizaría Truman Capote cuando escribió su libro A sangre fría), intenta justificar que un individuo por ser intelectualmente superior (por el simple echo de serlo) tiene el derecho de cometer un crimen y justificar dicho acto, validando de esta forma la teoría del "Superhombre" que promulgó Nietzsche (y que a su vez es un calco fiel de la novela rusa Crimen y Castigo, totalmente recomendable). Y, lo que podría resultar un interesante tema de argumentación y de debate se acaba quedando en la atmósfera de la película sin entrar en ningún tipo de discusión, lo que hace que la historia parezca más una pelea entre dos enamorados que otra cosa.
De echo, en la época de su estrenó consiguió pasar todas las censuras a pesar de mostrar con sutileza (aunque con bastante claridad) la relación homosexual entre ambos protagonistas (de echo, ambos actores eran gays declarados) y en los remordimientos posteriores que les iban entrando a cada uno por el crimen cometido, que por realizar una especie de "cluedo" con los presentes. Incluso, ese nerviosismos, esos pequeños cabos sueltos (haciendo también referencia al título) que el espectador puede pensar al ver el primer plano, hacen que la película decaiga en todo su ritmo. Pero, como siempre la genialidad del maestro del suspense y la interpretación sólida de su actor fetiche, James Stewart, aprueba a esta película por los pelos. Si bien, esto no significa que el director no hiciera un filme malo, sino que no estaba a la altura de su gran calidad artística.
Calificación personal: 5
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