Al mal tiempo, buen cine...

Queridos lectores y seguidores:

Me permito escribir una líneas para agradeceros a todos (desde todas las partes del mundo) que visitéis mi blog y todo lo que voy publicando. Ante todo comentar que no estoy licenciada en cinematografía pero, doy gracias por haber asistido a cursos y que mis padres me introdujeran al cine con sólo 8 años.

Por eso os animo que escribáis vuestras opiniones sin vergüenza alguna (¡por eso existe la libertad de expresión!) o sugerir cambios o visionados de películas, ya que se convierte en un feedback donde podemos aprender unos de otros.

Para finalizar, gracias una vez más por vuestro tiempo y dedicárselo a mi blog. ¡Seguid disfrutando del cine!

lunes, 22 de enero de 2018

En el nombre del padre (1993)




  • Título original: In the name of the father
  • Año: 1993
  • Género: Drama, autobiográfico
  • Dirección: Jim Sheridan
  • Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Emma Thompson, Pete Postlehwaite, John Lynch, Mark Sheppard, Frank Harper, Tom Wilkinson.
  • Guión: Jim Sheridan, Terry George.
  • Música: Trevor Jones
  • Fotografía: Peter Biziou
  • Montaje: Gerry Hambling
  • Productora: Universal Pictures, Hell's Kitchen Pictures.

SINOPSIS

Belfast, años 70. Gerry Conlon (Daniel Day-Lewis) tras un enfrentamiento con el IRA en esta ciudad, decide ir a Londres para tener un vida mejor. Cuando regresa a su casa, es acusado de pertenecer a la banda terrorista y de haber puesto una bomba en un bar. Condenado a cadena perpetua junto a tres amigos y, la encarcelación de su padre, lucha por su liberación para mostrar su inocencia y la de su padre con la ayuda de una abogada (Emma Thompson).


CRITICA

Cuando visiono una película que está basadas en hechos reales, siempre me asalta la duda de si la historia me convencerá o tendrá cierto trasfondo que realmente me haga conocer a ese personaje. Aunque muchas veces, esas historias se tienden a fantasearlas para intentar hacerlas un poco más verosímiles. Pero lo que ocurre con En el nombre del padre es la lucha contra la banda terrorista IRA, que no sólo mataba gente por una Irlanda libre, sino también mandaba gente a prisión por una causa que no les correspondía.

Esta película muestra la historia real de un hombre que fue acusado injustamente por un acto de terrorismo, lo que desembocó también en el encarcelamiento de parte de su familia por delitos que no podían ser demostrados. Puesto que, por aquella época el IRA (por si alguien lo desconoce, era un grupo terrorista que se desarrolló en Irlanda del Norte para echar a los británicos) tenía muchos adeptos por gran parte de Irlanda y de Inglaterra y siempre que tenían oportunidad cometían un atentado. Por su parte, el gobierno británico con tal de parar estos ataque llegaba a utilizar "chusma" irlandesa (como se les definía) como cabezas de turco para limpiar las calles y acusarlos de los crímenes terroristas que cometía la banda.

Lo que se intenta demostrar con esta película, no es sólo el mayor acto de injusticia por parte de la justicia británica sino como muchas con tal de encontrar un culpable, resolver el mayor número de casos o incluso limpiar las calles; se culpa a gente inocente que luego resulta que no es culpable y, en lugar de reconocer el error y dejar a esas personas en libertad, las mantienen presas para que el resto de ciudadanos tome ejemplo de lo que les puede pasar a ellos.

Desde el primer minuto de metraje se muestra al espectador, no solo las injusticias del sistema judicial y las torturas, la situación de una familia que a pesar de su cruda realidad siempre vive con la esperanza de tener fe en que todo se arreglará y que se puede ser una persona honesta aunque se muestre debilidad. Y que también, hay posibilidad de redimirse y de que uno puede volver a acercarse a esas personas de las que se había alejado. Por otro lado se ve la transformación del adolescente inmaduro a un hombre hecho y derecho que no guarda ningún atisbo de rencor y cuya única finalidad es que no se vuelvan a cometer los mismos actos atroces pero sobre todo, poder limpiar el nombre de su padre.


Las interpretaciones no dejan ningún atisbo de duda de la buena química entre Daniel Day-Lewis y Pete Postlehwaite, en donde demuestran que se puede producir de nuevo el acercamiento entre un padre y un hijo, dejar a un lado las diferencias y poder luchar juntos por volver a tener humanidad. Eso se ve sobre todo en un momento de la película (no haré spoiler) en donde el resto de presos de la presión se ponen del lado de Gerry Conlon y él, es capaz de cambiar su actitud. Quizá por eso el final de esta película es algo tan indescriptiblemente liberador, catártico y hermoso. Por que a pesar de constatar de que a veces los buenos triunfan, se constata a través de la mirada y la energía de Gerry Conlon, de que hay cosas que no te pueden arrebatar, de que siempre hay algo indestructible que te anima a continuar cuando todo parece perdido. El hombre común, aunque con sus imperfecciones y su mezquindad, es capaz de recuperar su dignidad y su condición humana.

Es una película que invita a reflexionar desde la bondad a pesar de las atrocidades y que su director, Jim Sheridan, es capaz de mostrar el lado humano y bueno del ser humano que ya hizo anteriormente con su película Mi pie izquierdo y, acabó por conquistar al público con su honesta película En América.


Calificación personal: 8



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