- Título original: A streetcar named Desire
- Año: 1951
- Género: Drama
- Dirección: Elia Kazan
- Intérpretes: Marlon Brando, Vivien Leigh, Kim Hunter, Karl Malden, Peg Hillias, Rudy Bond, Nick Dennis.
- Guión: Tennessee Williams
- Música: Alex North
- Fotografía: Harry Stradling
- Montaje: David Weisbart
- Productora: Warner Bros.
SINOPSIS
Blanche (Vivien Leigh) es una mujer madura que visita a su hermana Stella (Kim Hunter) y a su marido Stanley (Marlon Brando) y decide quedarse un tiempo. A Stanley no le agrada mucho que su cuñada se quede con ellos sobre todo, cuando se entera que Blanche ha perdido la casa familiar. Por lo que indaga para averiguar lo que ha ocurrido realmente.
CRITICA
La primera vez que vi esta película me impactó tanto que no supe como reaccionar por la dureza de la historia de tres personajes cuyas vidas están entrelazadas y que terminarán por contaminarse unos a otros. Como muchas otras de sus obras, Tennessee Williams muestra la fragilidad humana provocada por traumas familiares que el mismo vivió y que plasmó letra a letra en una extensa obra y, que ha sido llevada a la gran pantalla y al teatro más de una vez. Aunque en un principio puede mostrar aspectos que puedan resultar irrelevantes, refleja comportamientos sociales, familiares, personales y psicológicos que son dignos de analizar por medio de esta película.
Lo que es importante destacar es el título, Un tranvía llamado Deseo, cuando solo aparece una sola vez en toda la película. Es al principio cuando Blanche sube al ya mencionado tranvía para ir a casa de su hermana. Ese título del tranvía (Deseo) es un claro ejemplo de las metáforas que solía emplear el escritor americano para reflejar sus deseos y anhelos más profundos. Ese "deseo" es la esperanza de los protagonistas de intentar tener una vida mejor, alejada de los problemas más acuciantes en una sociedad trastocada por la guerra, amén del comportamiento machista de los hombres rudos y que justifican su masculinidad actuando de tal forma que las mujeres tienen que servirles.
En segundo lugar cabe destacar a los tres personajes principales en torno a los cuales gira esta historia. Por un lado tenemos a Blanche, que tras perder su casa se instala en casa de su hermana Stella; pero, Blanche no pasa desapercibida para el rudo marido de Stella, Stanley, el cual tiene dudas de la hermana de su mujer por su extraño comportamiento, lo que provoca que el "rudo" de Stanley se comporte constantemente de forma violenta e intimidando de forma constante a la "educada" Blanche para generarla todo tipo de malestar que le hará que saquen los demonios y traumas más profundos de esa mujer que ha estado sola y que ha sufrido abusos. Eso abusos que ha sufrido Blanche no se describe de forma directa pero, por medio de los diálogos se lee perfectamente entre líneas que la vida de la joven ha estado llena de abusos físicos, que terminaron en aspectos psicológicos.
De echo, en esta obra se refleja de forma clara como era la vida del escritor. Su padre era muy abusivo y violento, que bebía más de la cuenta y le pegaba (es el personaje de Stanley) y el cual, obligó a su madre a que sometiera a su hermana a una lobotomía, perdiendo todo control sobre su vida (reflejado de una forma más sutil en el personaje de Blanche) y donde la progenitora no puso límites a su marido (claramente apreciado en el personaje de Stella) y el joven Tennessee, fue el espectador que sufrió los abusos de todo tipo de su padre, la ausencia de una hermana a la que han anulado y una madre inoperante afectada por el sometimiento del marido y por ende, le atormentó por completo a lo largo de toda su vida y como reflejó en todas y cada una de sus obras.
Todos y cada uno de estos aspectos están reflejados en los personajes magistralmente interpretados por el gran elenco, sobre todo por Marlon Brando y Vivien Leigh. En el caso de esta gran actriz, por aquel entonces sufría de trastorno bipolar que lo extrapoló a su personaje y para nada fue ayudada por su compañero que llevaba al extremo sus interpretaciones y la sometió a vejaciones de todo tipo; puesto que el justificaba que si tenía que interpretar lo hacía al máximo. También su conducta violenta era del todo conocida entre los actores y, sobre todo las actrices a las que forzaba muchas veces.
Para concluir (y así evitar entrar en chismes innecesarios) el reflejo de una infancia destrozada por medio de aquellos que supuestamente te deben de cuidar y proteger y así, poder desarrollarse como persona. Los traumas muchas veces tardan en curarse o que muchas veces no se curan, por lo que la fragilidad de la mente humana no es un juego y que las personas que sufren de estos trastornos no deben de ser desechadas de la sociedad sino, a intentar vivir en ella.
Calificación personal: 10
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