Al mal tiempo, buen cine...

Queridos lectores y seguidores:

Me permito escribir una líneas para agradeceros a todos (desde todas las partes del mundo) que visitéis mi blog y todo lo que voy publicando. Ante todo comentar que no estoy licenciada en cinematografía pero, doy gracias por haber asistido a cursos y que mis padres me introdujeran al cine con sólo 8 años.

Por eso os animo que escribáis vuestras opiniones sin vergüenza alguna (¡por eso existe la libertad de expresión!) o sugerir cambios o visionados de películas, ya que se convierte en un feedback donde podemos aprender unos de otros.

Para finalizar, gracias una vez más por vuestro tiempo y dedicárselo a mi blog. ¡Seguid disfrutando del cine!

sábado, 3 de marzo de 2018

Eloísa está debajo de un almendro (1943)



  • Dirección: Rafael Gil
  • Año: 1943
  • Género: Comedia
  • Intérpretes: Amparo Rivelles, Rafael Durán, Alberto Romea, Mary Delgado, Guadalupe Muñoz Sampedro, Juan Espantaleón, Juan Calvo, Joaquín Roa, José Prada.
  • Guión: Rafael Gil
  • Fotografía: Alfredo Fraile
  • Montaje: Sara Ontañón
  • Música: Juan Quintero
  • Vestuario: Pedro Rodríguez
  • Escenografía: Enrique Alarcón
  • Productora: CIFESA


SINOPSIS

Fernando (Rafael Durán) regresa a su casa tras la muerte de su padre. En una carta que le dejó, le pide que resuelva el crimen de una mujer que murió años atrás. Esto le lleva a Fernando a conocer a los habitantes de una extraña mansión, entre los que se encuentra Mariana (Amparo Rivelles) de la que se enamora perdidamente.


CRITICA

A lo largo de toda la historia del cine, se han adaptado obras clásicas de teatro de autores de renombre; en el caso del cine español, son muchas obras las adaptadas a la gran pantalla y que gozan en gran medida de las similitudes de su compañera escrita para ser publicada. Lo que ocurre es que con Eloísa está debajo de un almendro, supuso una revolución cuando se estrenó en España pero a mí, me ha generado desasosiego al ver la adaptación.

Quien haya leído la novela, sabe que es una comedia donde la aparición de personajes histriónicos al igual que situaciones inverosímiles son los que van desarrollando la trama para resolver el asesinato (aunque no llegue a ser lo más relevante de la historia). Pero, el desasosiego que he mencionado al principio, se debe a la angustia que me han llegado a producir los actores que han interpretado a los personajes de una forma un tanto excéntrica, perdiendo (desde mi punto de vista) el toque real cómico de la historia.

Hay que tener en cuenta, que por aquellos años, las adaptaciones de obras de teatro era lo más habitual en el cine español y que muchas veces podría generar una pequeña confusión en el espectador puesto que, en una obra de teatro se identifican claramente cuáles son los actos y cómo se divide la misma obra por lo que, a la hora de adaptarla es cuando se genera ese caos y esa confusión.

Pero, no hay que quitarle todo el mérito a la obra ni mucho menos, ya que Enrique Jardiel Poncela, escribió una obra de teatro, donde el humor inverosímil y de los absurdo, debía de ser el completo protagonista para que se pudiese desarrollar el argumento de la trama. Si bien es cierto, que el escritor no se sintió muy orgulloso cuando escribió esta obra. El único pero que puedo ponerle a la película es que, por norma general por aquella época cuando un actor o una actriz debían de interpretar a un personaje cómico, lo hacían de forma sobreactuada como si estuviesen en un teatro, lo que en parte le quita un poco la esencia a la película.


Calificación personal: 5.5




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