- Título original: The children act
- Año: 2017
- Género: Drama
- Dirección: Richard Eyre
- Intérpretes: Emma Thompson, Stanley Tucci, Fionn Whitehead, Ben Chaplin, Eileen Walsh, Anthony Calff, Jason Watkinks.
- Guión: Ian McEwan
- Música: Stephen Warbeck
- Fotografía: Andrew Dunn
- Montaje: Dan Farrell
- Productora: Film Nation Entertainment, BBC Films
SINOPSIS
Fiona Maye (Emma Thompson) es una prestigiosa jueza del Tribunal Superior de Justicia de Londres que atraviesa una grave crisis matrimonial. Cuando llega a sus manos el caso de un joven Testigo de Jehová, el cual padece leucemia y, no se quiere someter a una transfusión de sangre; supondrá un giro en la vida de la estricta jueza.
CRITICA
Hay actores y/o actrices que con su simple presencia en la película muchas veces consiguen que salga adelante y otros, que además de conseguir eso, son grandes intérpretes y que provocan que el espectador se introduzca de lleno en la historia. Esta es una de ellas. Es decir, Emma Thompson transmite todos y cada uno de los sentimientos que el espectador tiene a medida que se van desarrollando los acontecimientos, provocando simpatía hacia la jueza a la que interpreta.
Volviendo al tema que ocupa la película, la verdad es que si en nuestra vida cotidiana nos cuesta tomar muchas decisiones, no me quiero ni imaginar cuando lo hace gente con poder. En realidad, cuando esas decisiones la realiza una persona que está comprometida con una causa o que de verdad, desempeña un cargo público con el que realmente se siente identificado/a. En el caso de esta película, hay una situación que llama especialmente la atención. Ocurre cuando la jueza decide conocer porqué el joven no quiere someterse a la transfusión de sangre (aunque el hecho en si mismo es evidente), le provoca en ella la aparición de sentimientos que tenía mermados y, en el joven, la apreciación de la vida y que muchas veces no tiene que estar reñida con la religión.
El conocimiento de ambos y la búsqueda de propósitos personales de ambos para llegar a un fin, provoca que en ambos (en el joven y la jueza) se despierten emociones y sentimientos sobre formas de ver la vida, apreciar pequeños detalles o incluso, poder replantearse su forma de pensar y de intentar no desaprovechar los buenos momentos que esta te ofrece y, junto a grandes personas.
En conclusión, nos ofrece una visión donde la justicia dicta la leyes y nosotros tenemos que acatarla pero también, somos libres de tomar decisiones en pos de lo que creemos que es verdad, siempre y cuando no implique violencia contra otros. Y por otro lado, siempre hay una posibilidad de poder cambiar de opinión y tener una segunda oportunidad.
Calificación personal: 6.5
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