- Título original: White Oleander
- Año: 2002
- Género: Drama
- Dirección: Peter Kosminsky
- Intérpretes: Alison Lohman, Robin Wright, Michelle Pfeiffer, Reneé Zellweger, Noah Wyle, Billy Conolly, Svetlana Efremova, Melissa McCarthy.
- Guión: Mary Agnes Donoghue
- Música: Thomas Newman
- Fotografía: Elliot Davis
- Vestuario: Susie Desanto
- Montaje: Chris Ridsdale
- Productora: Warner Bros Pictures, John Wells Productions
SINOPSIS
Astrid (Alison Lohman) vive en California con su madre Ingrid (Michelle Pfeiffer), hasta que ésta se enamora. Un día la madre de Astrid es acusada del asesinato de su amante y, se ve obligada a vivir en casas de acogida. Durante un tiempo, descubrirán nuevas cosas en la vida sin por ello, perder el contacto con su madre, a pesar de que ésta no se lo ponga nada fácil.
CRITICA
A simple vista, el espectador puede pensar que se va encontrar con un drama femenino (que en parte es así) pero también de alguna forma, reivindica la posición que deberían de tener las mujeres y el echo de que muchas de ellas siguen atrapadas en unos estereotipos donde las mujeres tienen que ser "sumisas" de alguna forma o, que necesitan un hombre en su vida para que ésta tenga sentido; lo que en cierto modo las acaba anulando. Tras esta pequeña introducción personal, vamos de lleno a la crítica de la película.
Desde un primer momento se nos muestra al espectador como el personaje de Ingrid es una mujer independiente que ha conseguido salir adelante criando a su hija y trabajando y, como la educa a Astrid para que sea capaz de valerse por si misma y que no es necesario un hombre. Pero cuando Ingrid muestra la "debilidad" de enamorarse, decide de alguna forma volver a recuperar esa independencia; y su forma de hacerlo es asesinando, sin pensar en que su hija se quedará sola pero aún así de alguna forma Ingrid, consigue el seguir controlando a su hija Astrid. Pero, ¿acaso Ingrid de alguna forma no está siguiendo el estereotipo, de algunos hombres controladores, de controlar a su hija, y no permitir que ésta sea capaz de tomar sus propias decisiones? A posteriori, Astrid le recriminará a su madre el tenerla siempre bajo control y no dejarle seguir con su vida.
Con esta premisa y desde mi punto de vista, el concepto de educar a los hijos está un poco distorsionado; puesto que se es demasiado duro y controlador, lo que provoca que muchas veces los hijos quieran su espacio o se quieran alejar de ellos. Por otro lado están los padres demasiado permisivos que cuando ven que es demasiado tarde para controlar a los hijos, lo más habitual son las amenazas. Porque, se debe de tener en cuenta una cosa: los hijos no son posesiones, ni objetos; son seres humanos a los que (si de verdad se les quiere) se les ayudará a ser buenas personas, a corregirlos y que puedan ser ellos mismos. Por eso, cuando Ingrid ve que Astrid de alguna forma está empezando a "pensar por si misma" y no la puede controlar, hace todo lo posible para que las madres de acogida empiecen a recelar de ella.
Hay un momento en la película que Astrid le dice a su madre: "este es el precio de pertenecerte" a lo que ella responde: "no irás a ninguna parte mientras yo no te deje". Ahí se demuestra claramente una posesión y Astrid no está dispuesta a sufrir y, ya le toca vivir su vida y no como su madre quiere. Porque como dice el refrán: "dime de lo que presumes y te diré de lo que careces" hace que muchas veces tengamos un miedo atroz a los cambios.
La película va mostrando momento en los que el desarrollo es demasiado lento, pero como contrapunto es que en algunos momentos, los diálogos muestran verdades como puños y la fragilidad muchas veces del ser humano. Y también, la película se resarce un poco con las grandes interpretaciones de todo el reparto femenino y como el peso de una película puede ser llevado sin ningún problema por mujeres.
Calificación personal: 6.3
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