- Título original: The killing of a sacred deer
- Año: 2017
- Género: Thriller
- Dirección: Yorgos Lanthimos
- Intérpretes: Colin Farrell, Nicole Kidman, Barry Keoghan, Raffey Cassidy, Sunny Suljic, Alicia Silverstone, Bill Camp
- Guión: Yorgos Lanthimos, Efthymis Filippou
- Fotografía: Thimios Batakakakis
- Montaje: Yorgos Mavropsaridis
- Productora: Film 4, Element Pictures, New Sparta Films
SINOPSIS
Steven (Colin Farrell) es un respetado cirujano casado con Anna (Nicole Kidman) que viven con sus dos hijos, Kim y Bob. Un día, Steven decide proteger a Martin (Barry Keoghan) un joven de 16 años huérfano de padre. A partir de este acontecimiento, la vida de Steven da un giro inesperado que le hará tomar una decisión muy complicada.
CRITICA
Antes de empezar de lleno con la crítica, seguramente más de un espectador se habrá preguntado el significado del título de la película y que relación tiene con la historia que se va contando, para ello es necesario que primeramente se cuente una historia de la antigua Grecia: el sacrificio de Ifigenia. Ifigenia era la hija del rey Agamenón, que partió hacia la guerra de Troya, que fue sacrificada debido a la ofensa que éste realizó contra la diosa Artemis al cazar en uno de sus bosques a un ciervo sagrado. Debido a ello, la diosa Artemis paró el viento y así evitó que la flota de barcos del rey Agamenón avanzase. Para solucionarlo, un oráculo le dijo al rey que para paliar la ofensa contra la diosa, tenía que sacrificar a su hija Ifigenia y así, podrían retomar el viaje rumbo a Troya.
Si relacionamos la historia del mito de Ifigenia con la película, vemos que sigue un patrón, donde el protagonista masculino debido a una mala decisión tomada durante la intervención y que además, era consciente, provoca que su familia cargue con las consecuencias de sus actos, ya que el no ha sido capaz de enfrentarse a lo que realmente hizo y, prefiere culpar a otros y buscar soluciones, en lugar de aclarar el secreto que esconde en su corazón.
También muestra como muchas veces los que llevan una vida acomodada, no se fijan (o deciden mirar para otro lado) en que sus actos no pueden quedar impunes y que todos, seamos ricos o pobres tenemos que enfrentarnos a nuestros actos que deliberadamente hemos cometido; a pesar de barrerlos debajo de la alfombra como si no hubiese pasado nada. Por otro lado, vemos que Martin actúa como si fuera un ángel justiciero, donde recrimina más de una vez a Steve su falta de atención para con él y que no puede estar constantemente huyendo, porque sino su familia acabará sufriendo las consecuencias de sus malas acciones.
A la hora de estar escribiendo la crítica, puede dar la sensación al lector de que la descripción es algo cíclica y que no llego a ninguna conclusión concreta, pero realmente esta respuesta va apareciendo a medida que avanza la película y obviamente por su desenlace. Por otro lado, también se puede intuir de alguna manera en la realización de algunos planos, en los que la cámara se ubica por encima de los personajes, como si algo o alguien les estuviera observando para poder ver su descalabro. También, se nos muestra al espectador esa falsedad tras una vida idílica y que cuando las cosas van mal, salen a la luz todas las suciedades que esconden en su interior.
Todos y cada uno de los planos que realiza el director Yorgos Lanthimos evidencian claramente la vida vacía que se esconde tras una bonita fachada y como la manipulación, o la autoexculpación al final no sirve de mucho porque cuando tienes que elegir entre tu vida y la de tu familia, la decisión resulta ser demasiado complicada.
La química entre Nicole Kidman y Colin Farrell es palpable tras haber trabajado junto en La seducción y como van manteniendo en pulso cuando tienen un plano ello solos y como sus expresiones faciales se mezclan completamente con la situación que están viviendo como matrimonio. Tras sus largometrajes tan comentados Canino y Langosta, donde el director hizo pensar sobre las relaciones humanas, sobre las miserias que a veces tenemos y como lidiamos con ellas y como somos en realidad en nuestra vida y que si de vez en cuando, podemos quitarnos la máscara de la falsedad y enfrentarnos a nuestra realidad; el director consigue de principio a fin meter al espectador en la historia, así como crear una atmósfera asfixiante que hace pensar.
Calificación personal 8.3
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