Al mal tiempo, buen cine...

Queridos lectores y seguidores:

Me permito escribir una líneas para agradeceros a todos (desde todas las partes del mundo) que visitéis mi blog y todo lo que voy publicando. Ante todo comentar que no estoy licenciada en cinematografía pero, doy gracias por haber asistido a cursos y que mis padres me introdujeran al cine con sólo 8 años.

Por eso os animo que escribáis vuestras opiniones sin vergüenza alguna (¡por eso existe la libertad de expresión!) o sugerir cambios o visionados de películas, ya que se convierte en un feedback donde podemos aprender unos de otros.

Para finalizar, gracias una vez más por vuestro tiempo y dedicárselo a mi blog. ¡Seguid disfrutando del cine!

domingo, 24 de diciembre de 2017

El piano (1993)




  • Título original: The piano
  • Año: 1993
  • Género: Drama
  • Dirección: Jane Campion
  • Intérpretes: Holly Hunter, Harvey Keitel, Sam Neill, Anna Paquin, Kerry Walker, Genevieve Lemon, Cliff Curtis.
  • Guión: Jane Campion
  • Música: Michael Nyman
  • Vestuario: Janet Patterson
  • Montaje: Veronika Jenet
  • Fotografía: Stuart Dryburgh

SINOPSIS

Muda desde pequeña, Ada (Holly Hunter) acaba de perder a su esposo. Un matrimonio concertado le obliga a dejar su Escocia natal y viaja a Nueva Zelanda, acompañada de su hija (Anna Paquin) y su piano. Allí conocerá a su nuevo marido (Sam Neill), un próspero granjero, que se niega a llevar a casa el piano. Abandonado en la playa, el instrumento es rescatado por un vecino del granjero (Harvey Keitel), quien establece un pacto llamativo con Ada: él la dejará tocar su piano a cambio de que ella deje tocarse. El acuerdo poco a poco va perdiendo su rigidez para darle paso al amor. Ada, aunque confusa al principio, irá correspondiendo a ese deseo y sabrá expresar sus sentimiento a través de su piano.


CRITICA

Hay películas, que con el paso del tiempo siempre permanecen en la retina del espectador y que si alguna vez de manera fortuita (o no) se menciona el título, uno acaba por recordar de que trataba esa historia que nos atrapó en el pasado. Esto es lo que ocurre principalmente a El piano no solo por la capacidad que tuvo en su momento de poder transmitir al espectador, diferentes sentimientos a través de la música; sino que también con el silencio se puede transmitir mucho más.


Desde el principio, la historia nos arrastra por completo a las profundidades del corazón de una mujer muda que, su forma de manifestar sus sentimientos es a través del piano, puesto que su imposibilidad para hablar le ha impedido comunicarse (solo lo hace a través de su hija como intérprete) y que a través del piano puede expresar lo que siente. En todo momento, se nos presenta una narración intimista donde también se muestra la imposibilidad de una mujer de tomar sus propias decisiones y tener que depender por completo de un marido que no es capaz de ver la maestría de su mujer ante un instrumento. Sin embargo, alguien completamente inculto y que siempre ha vivido en un área rural, es capaz de ver no sólo el amor de la mujer hacia su piano, sino también la belleza femenina y el poder que emana a pesar de tener un problema de comunicación. E incluso, hace que ella vuelva a sentirse amada y deseada y que la vean con una capacidad para luchar por aquello que más ama: su piano.

En todo este transcurso de la historia, van apareciendo diferentes tipos de sentimientos que de alguna forma han estado siempre encerrados y que siempre aparece alguien que nos abre los ojos y que hace que nos queramos más a nosotros mismos y veamos nuestra propia valía. Además los sentimientos se muestran muchas veces a través de los fotogramas como la soledad de Ada sin su piano, al verse unos minutos como el piano permanece en su caja de madera en el mar. La soledad, cuando el marido decide recluirla en casa y, cuando la llevan a la playa a tocar el piano, como ponen velas alrededor como símbolo de esperanza.


En cuanto a las interpretaciones, he de decir que Holly Hunter (que interpreta a Ada) aprendió el lenguaje de signos y que es ella la que toca realmente el piano, ya que es muy ágil con el, y sobre todo el ejercicio de contención para no pronunciar ni una sola palabra y expresar los sentimientos a través de los rasgos faciales, es digno de todos los premios que se llevó. Así como la gran química que hay entre ella y la joven Anna Paquin, que a pesar de ser un personaje infantil, lo interpreta con mucha fuerza y no se amilana ante tanto adulto y como quiere, cuida y protege a su madre.

Es interesante destacar, que Jane Campion (la directora de la película) ha sido de momento la única mujer que se ha alzado con la Palma de Oro del Festival de Cannes a la mejor película, lo que demuestra que muchas veces el trabajo femenino, está poco valorado. Desde mi punto de vista, es una película que invita desde el primer momento a amar la verdad y que muchas veces, las palabras no son necesarias o están carentes de significado o incluso, una simple mirada, un pequeño gesto, una melodía armoniosa, puede transmitir mucho más sin decir ni una palabra.


Calificación personal: 9


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