- Título original: The Verdict
- Año: 1982
- Género: Drama
- Dirección: Sidney Lumet
- Intérpretes: Paul Newman, Charlotte Rampling, Jack Warden, James Mason, Milo O'Shea, Lindsay Crouse, Roxanne Hart.
- Guión: David Mamet
- Música: Johnny Mandel
- Montaje: Peter C. Frank
- Fotografía: Andrezj Bartwoiak
- Productora: 20 th century fox
SINOPSIS
Frank Galvin (Paul Newman) es un abogado venido a menos aficionado a la bebida que intenta sobrevivir buscando pequeños litigios. Un día un amigo suyo le presenta un caso de una mujer que quedó en estado vegetal tras una mala praxis médica. Con tal de conseguir dinero, Frank acepta el caso pero, a medida que va averiguando detalle del caso, su pensamiento va más allá del dinero.
CRITICA
La probabilidad de encontrar una película en la cuál el tema judicial toque con verdadero acierto lo relativo a un juicio y los entresijos del mismo ya casi no se ve. Esta película se me presentó por tercera vez y como bien dice el refrán de que "a la tercera va la vencida", la vi con muchos ánimos. No solo porque apareciese el ya desaparecido Paul Newman, sino porque el gran guionista David Mamet, estaba a cargo de la escritura del guión, lo que le añadía un punto extra. Pero ahora, centrémonos en la trama.
Como bien se describe en la sinopsis, un abogado venido a menos intenta recuperarse económicamente y profesionalmente con un caso de una mujer que quedó en estado vegetal tras administrarle erróneamente un sedante al ponerse de parto. El abogado, inicia su investigación para conocer un poco los detalles del caso pero, el sabe que aceptará la cantidad ofertada por la parte demandada (en este caso, es un hospital que pertenece a la archidiócesis de Boston). Pero, en sus pesquisas se da cuenta de que esa cantidad no es suficiente, no por la cantidad que el se pueda llevar, sino por el dolor que le ha causado a la familia de la mujer y por el lugar lamentable en el que se encuentra la paciente: un hospital sin apenas recursos donde la suciedad y la porquería abundan por doquier. Cuando el letrado decide ir a juicio, todos lo que le conocen le toman por loco puesto que va a demandar a una institución que pertenece a la Iglesia Católica y se le presentan toda clase de impedimentos para evitar que vaya a juicio o si va, que no lo gane.
Aquí empieza el dilema moral. Como católica practicante, hay que respetar a la Iglesia como institución religiosa, es decir, en el lado espiritual no se la debe involucrar pero, se debe de tener en cuenta que también es una institución que está formada y constituida por hombre por lo que, en temas legales y que son de denuncia pública si han llevado a la práctica acciones de conducta reprochable, a los que son responsables o incluso a los que ocultan dichos actos, deben de ser juzgados puesto que, han hecho daño a otro/os seres humanos y tienen que ir a juicio. Este bache, es con el que se encuentra el abogado Frank Galvin, puesto que ve como gente con conocimiento sobre el caso (incluido el propio juez) no desean enfrentarse a la Iglesia Católica por el poder que tiene. Pero, si son responsables, ¿por qué no juzgar a aquellos que han delinquido? Por otro lado, se observa también la mala praxis moral por parte del grupo de abogados que defiende a la Iglesia porque, siendo conscientes de que la culpa es de su cliente, son capaces de sobornar y de utilizar artimañas sucias y rastreras para desacreditar a los testigos, amedrentarlos e incluso hundir aún más la reputación del abogado defensor. Y cómo es lógico, el abogado se queda sin armas para poder seguir defendiendo su caso y también, porque el no se va a abajar al mismo nivel que sus contrincantes.
Siempre se defiende la presunción de inocencia de una persona hasta que se demuestre que es culpable (aunque es cierto que se han dado casos de condenas que han tenido que ser revocadas por falta de pruebas o acusación errónea) pero, independientemente de este echo, lo más triste es las técnicas sucias que utilizan los abogados para intentar ganar un juicio con tal de recibir una sustanciosa cantidad de dinero, porque como ya se sabe, el dinero corrompe a cualquiera; incluso cuando se soborna a los testigos para que den falso testimonio o para que misteriosamente desaparezcan. Es un reflejo una vez más de que la corrupción moral no tiene límites de ningún tipo y que es necesario para poder alcanzar un estatus importante a nivel social y una reputación intachable. Cuando realmente es una jugada sucia. Es lo que le pasa al abogado protagonista, cuya carrera se fue al traste cuando quiso ser honrado y destruyeron su vida personal y profesional.
Desde mi punto de vista, pienso que es necesario que de vez en cuando se visualicen este tipo de películas en colegios e institutos para que los jóvenes (incluso los no tan jóvenes) puedan distinguir en su interior la moralidad. Por otro lado, los guiones de este estilo que son completamente arriesgados y que a la vez muestran la denuncia social, son necesarios en nuestro cine actual porque no hay que tener miedo para reflejar lo que sucede en nuestro mundo y no dar de lado a los más débiles. Puesto que de ellos, se suele abusar demasiado.
Calificación personal: 8.5
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