- Dirección: William Wyler
- Año: 1959
- Género: Drama
- Intérpretes: Charlton Heston, Jack Hawkins, Haya Harareet, Stephen Boyd, Hugh Griffith, Martha Scott, Cathy O'Donnell, Sam Jaffe,
- Guión: Karl Tunberg
- Música: Miklós Rózsa
- Sonido: Sash Fisher, William Steinkamp
- Fotografía: Robert Surtees
- Montaje: John D. Dunning, Ralph E. Winters
- Vestuario: Elizabeth Haffenden
- Productora: Metro Goldwyn Meyer
SINOPSIS
Judah Ben-Hur (Charlton Heston) es un príncipe israelita que vive en Judea que se encuentra bajo el mando de Roma. Cuando regresa a Judea Mesala (Stephen Boyd) amigo de la infancia de Judah, empiezan a acrecentarse los problemas cuando este último no decide ayudar a Mesala. Cuando llega el nuevo gobernador a Judea, por accidente le cae una teja del tejado de la casa de Judah, ante esta situación Mesala cegado por el odio, manda encarcelar a la hermana y a la madre de Judah y a éste, le manda a galeras.
CRITICA
A nivel mundial se reconoce a esta película como una de las mejores películas de todos los tiempo, así como ser la primera película en ganar un total de 11 Oscar (nunca han sido superados, pero si igualados por Titanic y por El Señor de los Anillos: El retorno del rey) y por todo el montaje y producción que tuvo a lo largo de su filmación. Como me ocurre algunas veces, al principio me descarrilo un poco en lo que se refiere a la crítica, por eso retorno a ella.
Está basada en la novela de Lewis Wallace, relata una época convulsa para el pueblo de Israel, puesto que esperaban la llegada de un Mesías que les liberaría del poder de Roma. Por otro lado, como es lógico, los israelitas no podían revelarse puesto que eso les suponía la muerte. En medio de esa confusión se encuentra Judah que a pesar de tener una buena relación con Roma pero no quiere traicionar a su pueblo. Ante un accidente acaecido con una teja que se cae de su casa, su mejor amigo aprovecha la oportunidad para mandarle a las galeras; mientras que Judah solo piensa en una cosa: en regresar para vengarse contra Mesala. Pero, con lo que el joven hebreo no cuenta, es que en medio de su destierro, un misterioso hombre le abrirá los ojos (a nivel más espiritual) para sobrevivir más allá del odio y poder reencontrarse con su hermana y con su madre.
En todo ese cautiverio se aprecia en la personalidad del joven que lo que le mantiene con vida es la lucha interna entre el odio y/o la esperanza de poder regresar un día a su casa. Cuando lo consigue, se ve que la esperanza se ha desvanecido y que el odio es lo único que alberga en su corazón. De esta forma se está "convirtiendo" como en su antiguo amigo Mesala. Pero, en medio del ir y devenir del personaje, aparece una figura trascendental en la historia que se encuentra en un segundo plano pero, que le ablandará el corazón a nuestro protagonista: Jesucristo. En el cual, Judah ve algo en el que le es familiar.
La historia en si no es más que la lucha interna de un hombre para que exista un equilibrio entre la mente y el corazón y sobre todo, que éste último no le juegue una mala pasada. Para ello también tiene la ayuda de la mujer a la que ama, que le hará más de una vez volver a poner los pies en el suelo.
En toda la historia del cine de aquella época, no se habían hecho producciones de tales dimensiones. Esto se debió a la cantidad de extras que se llegaron a utilizar en la famosa y espectacular carrera de cuádrigas (7000 extras) y la ya mencionada carrera. Tuvo una duración total en la película de nueve minutos que se rodó durante cinco semanas a lo largo de tres meses (todos los aurigas, caballos, carros, etc; no se hizo con efectos especiales con pantalla verde). Los actores rodaron toda las escenas a excepción de dos, cuando Judah choca con un carro y se cae y retorna a su posición y, los caballos que pasaron por encima a Mesala, ya que era un maniquí.
Esta película es mítica en la historia de la televisión porque la fecha más señalada para ponerla es Semana Santa y por determinadas metáforas que contiene la película sobre el amor, el perdón y el momento de la muerte de Jesucristo, cuando la sangre va tiñiendo las aguas en señal de que limpia todo el mal del mundo. A pesar de su extensa duración, merece la pena verla no solo lo que hay a nivel técnico, sino también en el trasfondo de la historia.
Calificación personal: 8.5
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