Nacida para el mal (1950)

• Título Original: Born to be bad
• Dirección: Nicholas Ray
• Año: 1950
• Género: Drama
• Intérpretes: Joan Fontaine, Robert Ryan, Zachary Scott, Joan Leslie, Mel Ferrer, Virginia Farmer, Kathleen Howard, Bess Flowers.
• Guión: Charles Schnee, Edith R. Sommer
• Música: Frederick Hollander
• Fotografía: Nicholas Musuraca
• Montaje: Frederic Knudston
• Productora: RKO Pictures

SINOPSIS

Christabel Caine (Joan Fontaine), una joven de apariencia dulce e ingenua, le gusta a todo el mundo, a su prima, al prometido de ésta y a los amigos de la pareja. Sólo el escritor Nick Bradley (Robert Ryan) descubre que debajo de esa mujer angelical, se esconde una mujer fría y calculadora a la que no le importa nadie, salvo ella misma.

CRITICA

La premisa con la que parte la película es realmente interesante. Es decir, como una persona sin ningún tipo de escrúpulos hacia los demás intenta subir "peldaños" en la escala social y cómo a la vez, desea aquello que no tiene y también aquello que quiere. Pero ese hilo conductor se va diluyendo con el paso del tiempo y queda en una película demasiado insulsa.

A medida que la historia se va desarrollando se espera que los planes de la protagonista sean malévolos y que salga a relucir la verdadera maldad que lleva dentro, pero no acaba de mostrarla del todo dejando frío al espectador.

Se puede decir que esta película puede ser un precedente de Eva al desnudo (teniendo en cuenta por supuesto que ésta última la supera con creces en todos los aspectos fílmicos) pero sin la imprimación de una fuerza que de carácter no solo a la historia sino también al personaje femenino. La verdad es que, desde mi punto de vista, me dejó bastante fría con respecto a otras películas del cine clásico.

He de comentar, que el director Nicholas Ray estaba en horas bajas en su filmografía como director tras un arranque prometedor (además de sus numerosos problemas personales así como su adicción severa al alcohol) y necesitaba de alguna forma volver a encarrilarse en Hollywood, aunque lo haría años más tarde con películas extraordinarias como 55 días en Pekín o Rey de Reyes.

En cuanto a su reparto, nada de mérito hay que quitarle a su protagonista Joan Fontaine (ni a los secundarios que la acompañan) a la hora de mostrar dos caras: la de una mujer buena y bondadosa con la de la mujer fría y calculadora. A pesar de todo el esfuerzo puesto en la película, no llega a alcanzar su propósito de película de cine negro por lo que no se ha añorado mucho con el paso del tiempo y casi nadie se acuerda de ella.

Calificación personal: 6