Al mal tiempo, buen cine...

Queridos lectores y seguidores:

Me permito escribir una líneas para agradeceros a todos (desde todas las partes del mundo) que visitéis mi blog y todo lo que voy publicando. Ante todo comentar que no estoy licenciada en cinematografía pero, doy gracias por haber asistido a cursos y que mis padres me introdujeran al cine con sólo 8 años.

Por eso os animo que escribáis vuestras opiniones sin vergüenza alguna (¡por eso existe la libertad de expresión!) o sugerir cambios o visionados de películas, ya que se convierte en un feedback donde podemos aprender unos de otros.

Para finalizar, gracias una vez más por vuestro tiempo y dedicárselo a mi blog. ¡Seguid disfrutando del cine!

lunes, 12 de noviembre de 2018

Techo y comida (2015)





  • Dirección y guion: Juan Miguel del Castillo.
  • Año: 2015.
  • Género: Drama. 
  • Reparto: Natalia de Molina, Mariana Cordero, Jaime López, Mercedes Hoyos, Gaspar Campuzano, Montse Torrent, Natalia Roig, Manuel Tallafé. 
  • Producción: Germán García y Alfred Santapau.
  • Música: Daniel Quiñones, Miguel Carabante.
  • Fotografía: Manuel Montero, rodrigo Rezende
  • Productora: Diversa Audiovisual, A contracorriente films


SINOPSIS

Rocío es una joven madre soltera y sin trabajo que no recibe ningún tipo de ayuda ni subsidio por lo que no puede hacer frente a los pagos del alquiler del piso en el que vive. Entre la vergüenza y el temor a perder la tutela de su hijo Adrián, de 8 años, Rocío sufre en soledad una situación de precariedad que empeora cada día. La denuncia del propietario, acuciado también por las deudas, precipitará la amenaza de la orden de desahucio.


CRITICA

Hace muchos años, cuando estaba estudiando en secundaria una asignatura que se llamaba procesos de comunicación, la profesora que la impartía decía que el cine español le parecía una "porquería" puesto que mostraba con demasiada crudeza la realidad que suelen vivir los españoles. Tenía razón en cuanto a la crudeza, pero hemos de ser conscientes de todo aquello que nos rodea y no ser inmunes a lo que les puede pasar al resto de españoles y ver su situación.

Me parece una película que no sólo llega al fondo del alma del espectador, no solo por su crudeza, sino por la humanidad (aunque no lo parezca) que desprenden determinados personajes, en contraposición con aquellos que solo miran en su propio beneficio o incluso les avergüenza estar con alguien que vive al extremo de la pobreza.

Mediante una puesta en escena muy realista, intentándose acercar a una estética documental, con planos largos, el director no nos deja ni un respiro en la sucesión de las adversidades por las que va pasando la protagonista (Rocío) Natalia de Molina, cuya interpretación es soberbia y donde su actuación pesa en mayor medida sobre sus gestos y su expresión corporal, que se va volviendo más retraída a medida que va sufriendo los distintos reveses. 


Por otro lado nos muestra a una mujer, Rocío, de la cual no es necesario saber su pasado, porque lo que quiere transmitir al espectador es el presente: una mujer sin recursos económicos, sin trabajo, con un hijo pequeño al que le intenta ocultar por todos los medios la situación de extrema pobreza en la que viven pero al que adora profundamente y al que pone por delante de ella en sus necesidades más básicas y de la preocupación que muestra siempre por él.

Lo que también llama la atención de la película son dos circunstancias que se van solapando. Por un lado, la lucha por la dignidad por parte de la protagonista que va tapando sus carencias de recursos a través de ofertas en los supermercados, el rechazo (con educación) a determinadas invitaciones e incluso remendar constantemente la ropa de su hijo. En segundo lugar, es la sensación de vergüenza que transmite un país donde no se ayuda a los propios españoles y donde las ayudas sociales que se prometen no solamente escasean, sino que también llegan con un retraso que a veces no soluciona la situación de la persona.

Destacar también esa falta de recursos de los que carece la protagonista, no solo por parte del Estado, sino también por parte de familiares o amigos, salvo una vecina que a pesar de saber de su situación, sigue tratando a Rocío como una persona normal con todos sus derechos y que de vez en cuando pide un favor. Porque, cuando alguien se encuentra en una situación bastante complicada, es necesario no recordarle constantemente ese sufrimiento, puesto que ya es muy duro vivirlo.

En definitiva (y bajo mi humilde punto de vista) el cine español va mejorando con creces y va mostrando la calidad que posee; en el caso de esta película, para mí es lo mejor que se ha producido del cine español en los últimos diez años y que además muestra las penurias sin caer en excesos sentimentales. Recomendable para cualquier edad, a pesar de que se le quiera ocultar a los más jóvenes, puesto que esta situación, no se ha acabado.


Calificación personal: 10


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