Al mal tiempo, buen cine...

Queridos lectores y seguidores:

Me permito escribir una líneas para agradeceros a todos (desde todas las partes del mundo) que visitéis mi blog y todo lo que voy publicando. Ante todo comentar que no estoy licenciada en cinematografía pero, doy gracias por haber asistido a cursos y que mis padres me introdujeran al cine con sólo 8 años.

Por eso os animo que escribáis vuestras opiniones sin vergüenza alguna (¡por eso existe la libertad de expresión!) o sugerir cambios o visionados de películas, ya que se convierte en un feedback donde podemos aprender unos de otros.

Para finalizar, gracias una vez más por vuestro tiempo y dedicárselo a mi blog. ¡Seguid disfrutando del cine!

sábado, 1 de junio de 2019

Canción de cuna para un cadáver (1964)



  • Título original: Hush...hush, Sweet Charlotte
  • Año: 1964
  • Género: Terror
  • Dirección: Robert Aldrich
  • Intérpretes: Bette Davis, Olivia de Havilland, Joseph Cotten, Agnes Moorehead; Cecil Kellaway, Victor Buono, Bruce Dern, Mary Astor, George Kennedy, William Campbell.
  • Guión: Henry Farrell, Lukas Heller
  • Música: Frank De Vol
  • Montaje: Michael Luciano
  • Fotografía: Joseph F. Biroc
  • Productora: 20th Century Fox


SINOPSIS

Cuando el estado intenta expropiar las tierras a una rica llamada Charlotte (Bette Davis) para construir una autopista. Charlotte decide pedir ayuda a su prima Miriam (Olivia de Havilland) y a su amigo Drew (Joseph Cotten) para que no le quiten la casa.


CRITICA

Tras el éxito cosechado por parte de la película ¿Qué fue de Baby Jane?, por aquel entonces solo se pensaba en Bette Davis como una vieja gloria a la que se le podía sacar todo el partido interpretando papeles que estuvieran por esa sintonía y, que a su vez volviese la dupla Davis-Crawford, pero ésta última lo rechazó; por lo que el papel de la prima lo acabó desempeñando la gran Olivia de Havilland (a pesar de llevar unos años retirada del mundo de la actuación). Por lo que acabó resultando una película de gran éxito de crítica y público pero, encasillando a la Davis en este tipo de papeles.

Creo que siempre al principio de una crítica me ando un poco por las ramas, pero ya me centro en el punto que se nos atañe. La película deja claro desde el principio cual es el motivo perturbador de que Charlotte acabe recluida en su casa: la muerte de su amado en unas circunstancias bastante desagradables. Parece, que la única que puede ayudarla a salir de ese círculo es su prima Miriam, cuya elegancia y clase no deja entrever en ningún momento ni un simple atisbo de su tormentoso pasado sino, todo lo contrario, ayudar a Charlotte de una forma desinteresada.

A medida que se van desarrollando los acontecimientos, se observa que la pobre Charlotte sufre de unas alucinaciones que le hacen ver a su amado muerto en cada rincón de la enorme casa; acrecentando aún más su locura constante. Pero claro, ante esta situación, ¿quién la cree?, ¿fue Charlotte la que mató a su joven amante?, ¿que esconden las paredes de la casa?, ¿cuál es la verdad?

Muchas de las preguntas se van descifrando en este enigmático guión donde el terror psicológico se llega a apoderar del espectador (al menos eso me pasó a mi) ante los primeros planos de una avejentada Bette Davis, a la par que se observa esa dulzura oculta que destila la gran Olivia de Havilland (como pequeña curiosidad, esta actriz sigue viva y tiene nada más y nada menos que ¡102 años!).

Para resumir, el buen cine clásico es una de mis mayores debilidades pero, he de reconocer que determinadas actrices, como es el caso de la Davis, hay que darse dosis de sus películas extendidas bastante en el tiempo ya que incluso sus interpretaciones llegan a generar angustia. Pero como dice parte de su título en inglés, disfruten de la dulce Charlotte.


Calificación personal: 9



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