- Dirección: Rodrigo Sorogoyen
- Año: 2019
- Género: Drama
- Intérpretes: Marta Nieto, Jules Porier, Álex Brendemühl, Anne Consigny, Frédéric Pierrot, Guilliame Arnault, Raúl Prieto.
- Guión: Rodrigo Sorogoyen, Isabel Peña
- Música: Olivier Arson
- Fotografía: Álex de Pablo
- Montaje: Alberto de Pablo
- Vestuario: Ana López Cobos
- Productora: RTVE, Movistar +, Canal +, Amalur Pictures, Le Pacte
SINOPSIS
Tras haber perdido a su hijo hace diez años, Elena (Marta Nieto), vive en la ciudad donde se vio a su hijo por última vez. Trabaja como camarera en un restaurante de la playa. Su vida es monótona y sin ningún tipo de actividad. Hasta que conoce al joven Jean (Jules Porier), que despierta en Elena emociones que tenía dormidas.
CRITICA
Tras haber visto el "escalofriante" cortometraje, del cual se hizo la continuación con esta película, lo que el espectador pretende encontrar son respuestas a múltiples preguntas que surgen en torno al personaje de Elena. Puesto que, no solo bastan trece minutos para imaginarse lo que pasó, sino lo que realmente ocurrió mucho tiempo después. Y es exactamente todo aquello que uno se pueda imaginar.
Elena se ha ido a vivir al único sitio en el cual puede encontrar un poco de consuelo ante su dura realidad: nunca encontrará a su hijo. De echo, el lugar al que se ha ido a vivir, que por ende fue donde desapareció su primogénito, nos revela la inmensidad del mar y un horizonte del cual no se ve el otro lado. Es una hermosa metáfora sobre como, su hijo sabe que no está, pero no ha conseguido siquiera, poder enterrar su cuerpo. De esta forma, es como más unida se encuentra a el.
En todos los años que han pasado desde la desaparición, lleva la misma rutina y la misma vida (si se puede llamar así ante una perdida tan brutal y atroz) hasta el momento, en el que ve a un joven que le suscita emociones y sentimientos que tenía reprimidos y/o desaparecidos. Y, ¿a que se deben?, ¿es algún deseo carnal?, ¿le recuerda en algo a su pequeño? También se nos suscita al espectador preguntas acerca de porqué el joven tiene tanto interés en Elena. Cómo es lógico, estas dudas se van despejando al conocer la verdadera naturaleza de los sentimientos de ambos: llenar un vacío existencial de ambas donde realmente ese deseo carnal no es lo que prima en su relación, sino el simple deleite de disfrutar de su compañía mutua. Pero, Elena no ha terminado de sanar todavía, puesto que no consigue perdonar a la persona de su pasado que arrastra consigo y, aunque no lo parezca, parte de su culpa.
Es una película que habla por si sola con todos los fotogramas y los planos que la componen, porque no deja indiferente a nadie. Ese silencio que hay en la vida de Elena, en parte es obligado por su situación pero, realmente todos tendríamos que hacer silencio en nuestra vida simplemente para pensar y ver, que cosas importante nos podemos estar perdiendo, sin darnos cuenta. No hay que vivir con angustia sobre si nos pasará o no algo malo, pero si, vivir con alegría e intensidad.
Calificación personal: 9
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