- Título original: Estiu 1993
- Año: 2017
- Género: Drama
- Dirección: Carla Simón
- Intérpretes: David Verdaguer, Bruna Cusí, Laia Artigas, Paula Robles, Paula Blanco, Etna Campillo, Jordi Figueras, Dolores Forti.
- Guión: Carla Simón
- Música: Ernest Pipó
- Fotografía: Santiago Racaj
- Productora: Inicia Films, Avalon P.C
SINOPSIS
Frida (Laia Artigas) es adoptada por su tío (David Verdaguer) y su mujer tras la muerte de su madre a causa del sida. El cambio de vida y la no consciencia ante la ausencia de su madre, hacen que Frida no muestre sus sentimientos y tenga comportamientos bastante hirientes hacia aquellos que les rodea.
CRITICA
Cada día estoy más impresionada al ver que el cine independiente o aquel cine que sale desde el fondo del corazón y que muestra los sentimientos más profundos, son capaces de recuperar esa esencia del cine que se perdió hace tiempo y que poco a poco se va recuperando y crean películas tan deliciosas como es Verano 1993.
Lo que a lo mejor no sabe el espectador es que Verano 1993 cuenta la vida de la directora y los sentimientos que despertaron en ella tras la pérdida de su madre y su difícil adaptación a su nueva vida durante aquella estación. La película intenta mostrar como la inocencia de un niño puede perderse de maneras que muchas veces no imaginamos y una de ellas es a través de la pérdida de los padres y sentir su ausencia puede afectar en su desarrollo emocional. Pero para evitar dichas carencias emocionales, gracias al apoyo de su familia y el amor del que dispone le permiten adaptarse a su nueva vida, pero es cierto que la reacción de la niña en determinados momentos muestran su frustración escondida.
La reacción de Frida muestra también como de alguna forma ha tenido que madurar antes de tiempo y perdiendo así parte de su inocencia. Aunque gracias a la presencia de su prima y/o hermana consigue de vez en cuando seguir manteniéndose en su infancia y así poder evadirse de manera momentánea de su situación. Si bien es cierto, que sus tíos al adoptarla y tratarla como hija suya y sin ningún tipo de condicionante, quieren que no pierda la figura de la madre e incluso tener la de un padre (puesto que no se sabe quién es). Pero a la vez, sus nuevos padres no pueden obviar el echo de que a pesar de la pérdida que sufre Frida, tiene que seguir unas normas y reglas en su educación ya que se tiene que enfrentar a su nueva vida.
Hay en momentos de la película como Frida busca ese amor de madre a través de la figura de la Virgen María como referente materno que de alguna forma le ayuda a seguir estando cerca de su madre terrenal. Pero muchas veces no sabe como expresar sus sentimientos y sobre todo sus miedos, y frente a esas actitudes actúa a veces de forma rebelde como cuando deja a su prima sola en el bosque, cuando le dice que se puede bañar a la prima y ésta no sabe nadar, etc. Pero sin caer demasiado en la lágrima fácil, los últimos cinco minutos son los que provocan que el espectador derrame alguna lágrima porque es el momento en el que Frida ya es consciente de su situación y de que nunca va a estar sola.
El debut de la ópera prima de Carla Simón, supone un contacto directo con el espectador para acercarle una realidad que muchas veces desconocemos como es la soledad de un niño y como puede enfrentarse a una situación tan peliaguda como es la muerte de su madre. Por todo ello y por ser una historia intimista, me alegro que la academia de cine la haya seleccionado para representar a España en los Oscar (y esperemos que pase el corte).
Calificación personal: 8.5
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